Habíamos recorrido la provincia de Misiones (Argentina) del sur al norte y contactamos con diferentes comunidades de Guaraníes. Algunas familias conservan las tradiciones mas antiguas viviendo en semi aislamiento en lo que queda de la selva misionera y muchas otras se han ido adaptando a las comunidades de colonos y criollos que habitan la provincia. Quedé con mucho interés en volver, para poder contar la historia de esta gente.
Entrar a las comunidades y solicitar permiso para fotografiarlos es lo primero que debía hacer. A esta gente les falta todo. El equilibrio de sustento que tenían en un comienzo, lo obtenían de la selva, pero la selva es deforestada conforme pasan los años y ellos fueron corriéndose a su profundidad, muchos también fueron desplazados por las autoridades municipales y les dieron casas construidas de material que terminaron siendo villas pequeñas sin identidad.
En el segundo viaje llevaba zapatillas y alimentos no perecederos que había conseguido y comprado. Esa sería la puerta de entrada y así fue, que pude conocer la comunidad Jejy, la colonia Frakran, la comunidad Pindo Poty, Mar azul y Yvy Pita además de la gente que cruzábamos en la ruta. (ver portfolio Colonos y Guaraníes)
Hubo una situación en que me preguntaron por que tomaba esas fotografías? Le respondí que me interesaba mucho su cultura y que les haría la difusión a través de mis fotografías. También les prometí que les mandaría las fotos. En la Ciudad de Posadas se encuentra la Dirección de asuntos Guaraníes que está en contacto permanente con las comunidades y prometí que remitiría las fotos a esa dirección.
Y así hice. Al tiempo recibí una carta de agradecimiento, donde me decían que cuando pasara por la provincia, fuera a visitarlos y que me estarían esperando con agua calentita y un rico mate. Esa carta valió toda la experiencia.